martes, diciembre 06, 2011

Una historia de la patria


De cuerpo flexible y de formas diminutas
Montaba guardia, a los dieciocho años
En San Juan
En un batallón del Ejército de Los Andes

Cuando éstos se sublevan
Y los Cívicos se rinden
Él queda solo
Entorna entonces la puerta
Y con su espada, defiende el ingreso...
Tres bayonetazos recibe, cerca de la ingle
Cinco, le traspasan el pecho
Por la sangre que mana de su cabeza, casi no ve
Pero logra salir igualmente, y se dirige a su casa

Luego de siete meses de una curación
Desesperada
Recobra la salud
Se dedica entonces, al comercio
Es decir, al contrabando
Trafica con los indios
Se casa con la hija de un cacique
Vive con ella
Se mezcla en las guerras de la tribu
Come carne cruda
Bebe (con gran gozo)
Sangre de caballos degollados

Ya casi es un salvaje hecho y derecho,
Podría decirse...
Cuando se entera
Que la guerra con el Brasil
Ha principiado
Deja entonces a sus hermanos, los indios
Y sienta plaza otra vez en el Ejército

Tantos sablazos distribuye
Que al final de la campaña
Es uno de los predilectos de Lavalle
Quien luego de sus hazañas
En Puente de Márquez,
Lo envía a Buenos Aires junto a otros oficiales

Está con ellos en el Café de la Comedia
Cuando siente
Que en una mesa contigua
Brindan por la muerte del General Lavalle,
Toma el vaso de uno
Sirve para ambos
Y al desenvainar las espadas
Lo deja tendido de un puntazo

Es preciso salvarse (le dicen)
¡Hay que ganar la campaña!
Adentrándose en La Pampa
Sabe, para su pesar
Que su mujer ha fallecido
Dos parientes mocetones
Lo acompañan

De Chacón, se trajo un fogonazo en la sien
Que le había arreado todo el pelo,
Y un embutido de pólvora por rostro...
Pero era joven, y culto, y elegante
Llevaba con él (por si le hiciera falta) un asistente
Pero si veía caer una res
Ya venía a beberle la sangre

Cuando atravesó la frontera para pasar a Coquimbo
Dos gruesos lagrimones corrieron por sus mejillas
Trataba de convencer a los suyos
Que era preciso deponer las armas
Les habló en la lengua:
Clavaron con angustia sus lanzas en el suelo
Dieron varias vueltas con sus caballos en torno de ellas
Antes de decidirse a dejarlas

La primer gota de sangre de la guerra civil
Ha salido de estas venas
, solía repetir...

Pasó un tiempo en Chile
Esperando
Hasta que en Guanda
El nombre de un antiguo enemigo
(Un tal Villafañe)
Que va a reunirse con Facundo
Lo llama nuevamente a la refriega
Anuncia públicamente allí
Su propósito de matarlo
Se lo dice además, personalmente
(Arroyo de por medio)
Con frases solemnes,
Vuelve luego tranquilo a donde estaba
A la sazón, almorzando

Esa noche, al claror de la luna
Recorre las cuatro leguas que lo separan de la casa
Entra en el patio
-¡Quien tiene enemigos no duerme!
Grita
Toma Villafañe su lanza
Mientras él desmonta, y evitando el primer embate
Lo traspasa

La partida que avanza
Toma la posta
Y pronto se pone, nuevamente
En marcha
Van a buscar a los suyos, dicen
Van a buscar su Argentina


Texto: Eduardo Magoo Nico
Ilustración: Gustavo Piccinini

1 comentario:

Mariano Molinari dijo...

Bueno, me parece que está muy bien.

Mariano Molinari